[Poesía]
Del otro lado
de esta calle
un niño
le pregunta a su madre
si le compra un caramelo.
La madre le dice que no,
que no hay plata,
que espere a llegar
a la casa.
La dulzura es la violencia
que nos salva.
Como ese par
de ancianos
en el balcón
que comparten
una botella de vino
y pedazos de pan.
Las alturas no dan tranquilidad
apenas unos cuantos defectos
en la contemplación.
Será que las terrazas
nos están queriendo
decir algo.
Se pone a llover
y los almanaques
siguen corriendo
detrás de un espejismo.
Edita Santos Locos Poesía
Fuga de capitales - Walter Lezcano
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